Neófitos diseñados
El lunes fue la primera fecha de desfiles de la segunda edición del IDM (Internacional Designers México); como era de esperarse, a la cita acudieron decenas de personas involucradas en la industria de la moda y también otros cientos más que, si bien sus nombres o carreras no figuran de ninguna forma dentro de la industria, fueron a demostrar que están muy empapados de las corrientes y tendencias de moda a través de sus muy ceñidos pantaloncillos, sus vestidos camiseros, su calzado industrial, sus accesorios “vintage” y su arrogante actitud de sommeliers de moda.
En México, se nos ha olvidado o tal vez nunca se ha tenido en cuenta que un desfile de moda es un evento durante el cual un creativo expone sus logros alcanzados durante medio año de trabajo a una serie de compradores, editores, publicistas, reporteros, coordinadores y expertos que harán de sus creaciones objetos de deseo y lucro. Esta última cualidad es la que la mayoría de nuestros diseñadores mexicanos olvidan: tener una marca rentable. Pero, ¿cómo lograrlo si a los desfiles sólo acuden los amigos de los amigos del diseñador o individuos que aprovechan la ocasión para elevar su narcisismo al sentirse importantes por estar en un evento “fashion”? Además, tampoco es que los editores de moda forcejeen y den la vida por una codiciada entrada a alguno de los desfiles de tan creativos y propositivos diseñadores. Los impulsores de la moda están cansados de buscar y encontrar piezas que sólo decepcionan su ya mermada esperanza: atuendos mal confeccionados, telas corrientes y baratas, conceptos trillados, piezas que, pretendiendo ser de diseño, se asemejan más a disfraces de carnaval y, en general, una falta de calidad y visión por parte del creador.
Pero tampoco hay que generalizar, al igual que hay malos, también hay otros muy buenos. Da gusto poder decir que, al parecer, muchos diseñadores han empezado a entender que no sólo basta el ser creativo, sino que, además del talento, hay que considerar nimiedades tan significativas, pero que hacen la diferencia, como una buena confección, un corte preciso, detalles estilizados y un conjunto de atributos que le dan un valor agregado a una simple pieza utilitaria. Si una buena calidad se trabaja en conjunto con la propuesta creativa de una colección, tal vez el resultado, no sólo cumpla con su propósito de agradar a los presentes en su desfile y lograr una ovación, puede atraer nuevamente a los responsables que hacen de la moda un negocio y que una colección luzca fuera de los reflectores de una pasarela y sea apreciada “viva” por las calles de la ciudad.
JC ZANCHEZ
1 comentarios:
Las ventajas y desventajas de tener una plataforma para el diseño mexicano son precisamente esas, que en ella podemos presenciar verdaderas piezas con un valor estetico y comercial muy alto y por otro lado se presentan personajes que en un afan mas cercano al arte surrealista mas que a la venta de un producto, u otros que solo por que el vestido le costo 2000 pesos el metro cuadrado creen que ya hacen alta costura. En mi opinion tenemos grandes diseñadores con buenas propuestas lo que faltaria seria mas difusión por parte de estos para llegar a un mercado mayor que no solo llegue a sus amigos mas cercanos.
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